800 g. de harina de fuerza
8 g. de levadura seca de panadería
70 g. de aceite de girasol
55 g. de azúcar
Preparamos la máquina con el gancho de amasar. En el bol ponemos la harina tamizada, la sal, el azúcar, la levadura, la leche y el agua templados (a 40ª), añadimos los huevos y el aceite.
Amasamos a velocidad media durante 10 minutos.
Sacamos la masa al mármol y terminamos de amasar unos minutos hasta que esté lisa. Formamos una bola y la dejamos fermentar durante una hora tapada con film transparente o con un paño lo dejo en el horno a 25º). Yo he hecho dos bolas y he dejado cada una en un recipiente de plástico con tapa.
Sacamos la masa, quitamos el aire aplastando un poco con las manos dándole forma de un rectángulo y plegamos como si fuera un sobre. Volvemos a formar una bola y de nuevo dejamos otra hora fermentar.
Para manejar la masa mejor nos ayudamos con aceite de girasol, no con harina.
Una vez a punto pasamos la masa a la mesa de trabajo, desgasificamos y cortamos 6 trozos de unos 120 g. de cada trozo de masa. Salen 12 bollos.
Cada pedazo lo aplastamos con las manos haciendo un círculo y vamos recogiendo la masa de los bordes hacia adentro formando una bola, le damos la vuelta y terminamos de redondear con las manos.
Dejamos las bolas encima del mármol aceitado y tapadas con un paño durante 15 minutos.
Repetimos la operación de aplastar cada bola y formamos una nueva bola.
Dejamos 6 de ellas en una bandeja de horno con papel sulfurizado.
Para las otras 6 bolas preparamos otra bandeja de horno con papel sulfurizado y 6 aros de emplatar con papel de hornear en las paredes. Acomodamos las bolas en cada aro.
Tapamos las dos bandejas con un paño y llevamos de nuevo al horno a 25º durante 30 minutos hasta que doblen su volumen.
Sacamos las bandejas del horno y precalentamos durante 10 minutos a 200º.
Pintamos los bollos con agua y esparcimos sésamo por encima,
Horneamos en la parte baja del horno durante 15 a 17 minutos a 190º.